Surgió el fenómeno de las top-models, modelos de pasarela que alcanzaron una gran celebridad, como las estrellas de cine, entre las que destacaron Claudia Schiffer, Naomi Campbell o Cindy Crawford. En los años 1950 se llevaron las líneas suaves y ondulantes, así como nuevas prendas que destacaban por su funcionalidad, como los vestidos camiseros, las faldas plisadas y los twin-set, unos conjuntos de chaqueta cárdigan y jersey a ras de cuello.